lunes, 28 de julio de 2014

Educar con música

Mtro. Sergio Berlioz

Conocí al maestro Sergio Berlioz en un programa de Radio Educación que iba escuchando en el coche rumbo a Plaza Satélite una mañana entre semana. Anoté su teléfono  y  cuando tuve tiempo le marqué. –Hola, Sergio, qué gusto saludarte. Te escucho en tu programa. Me interesa mucho platicar contigo sobre un proyecto –le anticipé. Sus respuestas amables tenían un dejo de extrañeza que me hizo preguntar -¿está bien si te hablo de tú, verdad? –Pues no estoy acostumbrado a eso, Sr. Ruiz –contestó. Desde entonces nos hablamos de usted, señor y maestro, respectivamente, con mucho respeto. A ese respeto que yo le ofrezco se suma una gran admiración por su vida dedicada a la promoción del pensamiento en general, de la cultura en particular y de la música en específico. Aunque platicar con él es un delicioso paseo en montaña rusa por todas las disciplinas. Articulista, conferencista, compositor, director de orquesta, periodista, comentarista…  pero sobretodo, apasionado del saber y gozoso de las sutilezas del pensamiento.

Aquel proyecto que traía entre manos fue la conferencia El arte, ¿para qué? que dio en el Museo Regional de Querétaro, invitado por el Centro Holístico Xilami, Vida Armónica y Arte y curación en  2003. Entonces fue cuando me regaló su libro Educar con música, un manual para padres responsables que –como lo dice en la primera parte, tienen que apropiarse primero todos los ejercicios para después poderlos aplicar con sus hijos- cuestiona los hábitos educativos de la escuela, las familias y la sociedad en general e invita a salir de esa enfermedad colectiva que llama “analfabetismo auditivo”. Comienza con un cuestionamiento serio sobre lo que es la cultura en general, el arte en particular y la música como aquella disciplina abstracta, sublime que sucede en el tiempo.

Divide el libro en dos grandes partes: Carta a los padres y las edades de la música. En la primera parte explora los prejuicios que la sociedad contemporánea ha creado con respecto a la música, los músicos y las actividades creativas en general. Brinda una reflexión somera sobre la necesidad del arte, los diferentes tipos de música y cómo abordarla, las cualidades de la música, los momentos de la música, la diferencia entre lo popular, lo folclórico, lo industrial y lo comercial, entre otras sutilezas. Después plantea algunos beneficios intelectuales, físico-motores y familiares que la práctica de la escucha musical y la ejecución de un instrumento puede brindar a la vida de un individuo y de su colectividad.

En la segunda parte acompaña con sugerencias de nombres y ejercicios las distintas etapas de desarrollo desde la prenatal hasta la juventud pasando por la infancia, la niñez, pubertad y la adolescencia. Hace énfasis especial en trabajar con sonidos concretos hasta antes de los 15 años y a partir de entonces introducir la escucha de obras abstractas. Cuando coincide –dice- el paso del estudio de la aritmética a la matemática, por el grado de madurez del cerebro.

Es un libro escrito con ese temperamento crítico que lo caracteriza, con el rigor de un maestro exigente, pero con la paciencia y la complicidad de un educador amoroso que sabe esperar el tiempo de cada quien. Inspirador, orientador y útil es este libro que edita Aguilar.


Comentado el 29 de enero de 2014 en Bussiness Coffee.
De "Historia de mis libros"
José Manuel Ruiz Regil
Analista cultural
Arte Duro Curators & Dealers
josemanuelruizregil@gmail.com

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