jueves, 22 de enero de 2015

¿Quién se ha llevado mi queso?



Elegí este libro para comentar en el taller porque me parece que la reflexión sobre el cambio en un momento tan vertiginosamente caótico como el que vivimos actualmente, es esencial. La historia de ¿Quién se ha robado mi queso? es una metáfora del tipo de actitudes que los seres humanos adoptamos ante la amenaza de un cambio, ante la posibilidad de tener que modificar los hábitos, las rutinas y patrones de conducta que nos han llevado hasta un punto determinado de satisfacción, pero que no necesariamente van a ser permanentes; es un recordatorio de que la vida, ese “laberinto” que se transforma constantemente, está lleno de pasadizos y túneles secretos que a veces hay que atreverse a explorar.

El corazón de ¿Quién se ha robado mi queso? es una fábula en la que participan dos ratones, “Fisgón” y “Escurridizo”, y dos hombrecillos, los Liliputienses “Hem” y “Haw”. Nótese el simbolismo que entrañan los nombres, sobretodo de estos últimos, en cuanto a su actitud. “Hem”, es una especie de onomatopeya dubitativa, mientras que “Haw” es el homófono de How, cómo, en español. El nombre de los ratones es completamente explicito. Lo cual tambén es una forma auto-referencial de evidenciar los mundos de cada uno. Estos cuatro caracteres reflejan las respuestas básicas de la mayoría de las personas frente a la necesidad de cambio: resistirse por miedo a algo peor, aprender a adaptarse cuando se comprende que éste puede conducir a algo mejor, detectarlo pronto y finalmente apresurarse hacia la acción.

Este libro ha sido un “Best Seller” internacional en el ámbito del capital humano en las empresas, desde su primera edición en 1998, por G. P. Putman Sons. De hecho, la contraportada reúne algunos testimonios de empresarios destacados a quienes este sencillo libro les permitió introducir mejoras importantísimas en su gestión. “Quién se ha llevado mi queso? será utilizado en todos nuestros programas de formación porque crea un lenguaje para hablar del riesgo y el cambio en un tono más ameno. Su mensaje es claro”. Sally Grumbles, BellSouth. Además, su autor, el Licenciado en Psicología y Doctor en Medicina, Spencer Johnson es reconocido mundialmente por sus otros libros, que ya son unos clásicos de la literatura como el manual de dirección empresarial El ejecutivo al minuto, escrito en colaboración con Kenneth Blanchard y El vendedor al minuto, El minuto instantáneo. Sí o no: guía práctica para tomar mejores decisiones.

El libro está estructurado en tres partes, la primera describe una reunión de viejos amigos de la universidad, quienes comentan acerca de sus experiencias laborales. Uno de ellos les cuenta que escuchó una narración que, literalmente, le cambió la vida. Esto funciona a manera de preámbulo, pues la fábula se desarrolla en la segunda parte. La tercera y última sirve de corolario en el que los mismos personajes de la primera dan sus impresiones sobre el relato. Esta es una forma eficaz que utiliza el autor para asegurarse de que su mensaje quede claro (te aviso lo que te voy a contar, te lo cuento y luego te platico lo que te conté) quizás, sea un poco redundante para algunos, pero de que funciona, funciona. El diseño de portada de Alberto Cano se ha vuelto clásico de esta colección Empresa XXI en México, donde podemos encontrar otros títulos de similar interés, como El millonario instantáneo, de Mark Fisher, o La paradoja, un relato sobre la verdadera esencia del liderazgo, de James C. Hunter.

En un inmenso y complicado laberinto lleno de pasadizos, callejones sin salida, quiebres, puentes y estancias obscuras, dos ratones y dos pequeños hombrecillos andan en busca de “su queso”. Eventualmente, lo encuentran y se dedican a comer y a pasarla bien, sin preocuparse por nada más. Al paso del tiempo el queso desaparece. Los ratones, al ver que se han quedado sin su fuente única de sustento, salen corriendo de inmediato a buscar Queso Nuevo. Pero los hombrecillos, agobiados por sus razonamientos y sus sentimientos, se enrollan buscando las razones de la desaparición y especulando acerca del paradero del queso, culpándose a sí mismos y al otro, y abrigando la esperanza de que tarde o temprano el queso volverá, pues entre las muchas explicaciones que se dan, una de ellas es la de “no puede estarme pasando esto a mí. Debe ser un error”. El caso es que al poco rato los ratones encuentran Queso Nuevo, en otra de las recámaras del laberinto, mientras que los Liliputienses comienzan a desfallecer de hambre, y siguen discutiendo y tratando de darse explicaciones. De pronto, uno de ellos se da cuenta del gran ridículo que han estado haciendo buscando obcecadamente algo que a todas luces ya no hay, repitiendo rutinas que hoy por hoy ya no responden a la realidad, y rompe a reír. Entonces, decide salir a buscar nuevo queso y lo encuentra después de algunos fracasos. Sin embargo, el otro compañero sigue aferrado al pensamiento mágico de que si sigue esforzándose en ir a buscar el queso a donde había, eventualmente, éste aparecerá. El hombrecillo que ha encontrado Queso Nuevo se empeña en convencer a su compañero de que hay queso en otro lado, trata de compartirle la idea de esa nueva realidad, pero no logra transmitirle la visión. Hasta que comprende que no puede forzarlo a creer, y que tendrá que ser hasta que él se desapegue de la idea del primer queso que podrá albergar la imagen del Queso Nuevo que ha de buscar. Hay una pregunta esencial en medio de todo esto: ¿Qué harías si no tuvieras miedo?”

Esta sencilla metáfora es la historia de nosotros mismos ante lo que queremos. El queso representa aquello que buscamos: dinero, reconocimiento, amor, éxito, sabiduría, etc. Muchas veces lo alcanzamos, utilizando determinadas estrategias y nos acomodamos ahí, sin pensar que a la mañana siguiente todo lo que hicimos para lograrlo ya no es suficiente para mantenerlo, y hay que cambiar. Una de las ideas esenciales de esta metáfora es que el queso siempre se está moviendo. Es decir, aquello que creemos que es la fuente de nuestra felicidad siempre está cambiando, por lo tanto tenemos que cambiar nosotros también, asumir que un poco de incertidumbre y adaptación son ingredientes esenciales de la vida.

No recuerdo bien cómo llegó este libro a mis manos, pero por la etiqueta que tiene en la esquina superior derecha con el logo de Sanborns y el precio de $95.00 presumo que lo compré en esa tienda por ahí del 2006-2007, cuando trabajaba como consultor en Caliper Estrategias Humanas de México. Hoy forma parte del pequeño apartado de literatura de gestión empresarial que me enorgullezco mucho en tener, gracias a la orientación de mi querido cuñado Eduardo Castellanos.
De “Historia de mis libros”
José Manuel Ruiz Regil

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